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¿Alguna vez te has parado a pensar cuánto nos parecemos a los árboles? ¡Es sorprendente! Nuestros brazos pueden ser las ramas y nuestros pies las raíces. Pero hay mucho más. Hay similitudes en nuestra anatomía, en nuestro funcionamiento individual e, incluso, en nuestro comportamiento colectivo. Los niños y niñas aprenden en este álbum